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hechizos para que dos personas se odien para siempre
De ahí viene aquella exclamación del más grande de los médicos, en el sentido de que la vida es corto, al paso que el arte es largo. No me cree”, son oraciones que se dicen y que ponen de manifiesto el criterio erróneo que tienen algunas personas sobre la amistad. A un amigo hay que acompañarlo, hay que ayudarlo, hay que quererle lo destacado del mundo, hay que alegrarse con sus éxitos y entristecerse con sus descalabros; pero es imposible pedir a un amigo que lleve a cabo algo inmoral invocando la amistad, no se le puede soliciar que mienta, por ser su amigo.
- No es extraño que por esta peculiaridad se le atribuyeran hasta 130 obras, de las que nos han quedado 21, que son las que Varrón propuso como auténticas.
- Por lo mismo, cuando nos decidimos a incursionar en estos terrenos es sumamente importante tener muy en claro lo que buscamos y qué queremos hallar, pero asimismo debemos tener muy en claro que hay posibilidades altísimas de que lo que obtendremos no va a ser amor, sino más bien otra cosa.
- En el momento en que se habla de las relaciones de pareja difícilmente se aborda el tema desde un punto de vista científico.
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Pero, no se crean, no es sencillo terminar con una relación de años, tampoco lo es enfrentarse a la compleja situación de pararse en oposición al esposo o la mujer y mencionarle “ya no voy más” y lidiar con todo cuanto prosigue después de esta escena. Y es que para much@s no es nada sencillo romper con una sucesión de circunstancias que fueron una parte de nuestra cotidianeidad a lo largo de varios años. Es más, una vez que se ha acabado el amor por la pareja, muchas personas admiten que a pesar de ello les resulta demasiado bien difícil desprenderse, más que nada pues no hallan la forma de hacerse a un lado por el hecho de que, en muchísimos casos, ahora se han acostumbrado a convivir bajo exactamente el mismo techo con un individuo a la que ya no aman, que no les atrae sexualmente y con quien por el momento no tienen ninguna coincidencia. Bien afirma la canción, y dice bien, que la práctica es más fuerte que el cariño.
Sin embargo, también cabe detallar muy nítidamente que los asexuales no son personas emotivamente indiferentes y bastante menos son seres que no requieran de ofrecer y recibir aprecio. Su aversión hacia el sexo de ninguna forma los vacuna, por decirlo de alguna manera, de la muy importante necesidad humana de necesitar de amor y romance, con lo que su elección no posee porque marginarlos o estereotiparlos y si los hace sujetos dignos de respeto nos complazca o no la manera como decidieron ejercer su sexualidad. Lo más seguro es que éste sea un término prácticamente nuevo y desconocido para bastantes de .
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hechizos para que dos personas se odien para siempre
Como se menciona en un inicio, estas mujeres eran criticadas por ayudar a la Iglesia «desvistes de carnes». La desnudez en la civilización occidental constituye un interdicto que en este caso se subraya por el espacio sagrado constituido por la Iglesia. Al respecto resulta interesante la descripción que hace de la forma de vestir de las morenas, Tomas Gage, dominico irlandés, quien visita Novedosa España a inicios del siglo XVII y se escandaliza de las prácticas novohispanas. Por consiguiente, la vida sexual debe ser apropiadamente administrada, debe limitarse al sexo opuesto, pues las satisfacciones extragenitales se prohíben como perversiones, como actos inútiles desde la perspectiva de la economía libidinal. La sexualidad debe estar sujeta a medidas restrictivas y a la apertura de determinados canales de permisividad. Para dirigir la sexualidad es necesario el ejercicio del poder no sólo de afuera, sino un poder que se internaliza. De esta manera, de la crueldad, cuya energía no desaparece, emana una presión continua sobre la vida del sujeto, por lo que éste va acoplando a ella sus emociones; su accionar se marcha ajustando desde la niñez a los mecanismos de transferencia y de control impuestos, a contener los estallidos momentáneos, a disciplinar la conducta.
Los humanos, hombres y mujeres por igual, estamos llenos de virtudes y defectos que concretan nuestra personalidad de forma definitiva e inherentes a , prácticamente tal y como si fuesen una parte de su ADN están los inconvenientes. Sí, esas pequeñas, medianas, grandes y enormes dificultades que todos los días se presentan en nuestra vida diaria y que, de conformidad con nuestro carácter poseemos la capacidad de enfrentarlas y resolverlas o, de chato, evitarlas y dejar que sean otros quienes las resuelvan… si es que se solventan. Hoy en dia, en el momento de buscar y encontrar nuestros satisfactores, no los de pareja, hombres y mujeres por igual caen recurrentemente en frustración y depresión porque no disponen de las herramientas emocionales correctas para diagnosticar, analizar y aprovechar aquellas situaciones y circunstancias que les permitan ser verdaderamente felices. Es más, estoy absolutamente persuadida de que varios de ustedes, afables leyentes, todos los días enfrentan múltiples conflictos existenciales pues no comprenden asertiva y atingentemente qué es lo que verdaderamente nos hace felices y nos permite tener una vida plena. No obstante, como todo en esta vida, muchas veces la ignorancia, los complejos, la timidez, el machismo y los valores mal entendidos y mal asimilados provocan que muchos hombres y mujeres echen a perder algo tan hermoso como lo es el sexo en pareja.
Sí, el estado ideal del humano es vivir en pareja, pero el hecho de que un hombre decida por convicción propia no adquirir los compromisos inherentes del noviazgo o el matrimonio no significa que sea un sujeto que merezca ser señalado o criticado por sus iguales. Pero (sí, aquí viene el popular «pero»), ¿qué tan válido es que un hombre en sus «veintes», «treintas» o «cuarentas» no vea el matrimonio como opción alternativa y decida preservar su soltería como un preciadísimo tesoro al que no desea renunciar? Y no es pues su prioridad sexual se haya extraviado, que quede claro, sino más bien porque diviértete con todas y cada una esas ventajas de mantenerse amputado del deber de tener una novia o una mujer. La verdad es que los resultados positivos de la independencia total tienden a ser demasiado tentadores tanto para los hombres como para las mujeres. Y si no sucede de esta forma, estas mujeres en cuestión comienzan a acusar a su pareja de ser demasiado inmaduro, que elige invertir su tiempo en cuestiones de pequeños en vez de preocuparse por afianzar el vínculo que tiene con su mujer… al final, son muchas las parejas que experimentan la ruptura definitiva porque existió la suficiente comprensión de todo lo previo. Y si ciertos se sienten preocupados por el dramático decremento en su libido , les interesará comprender que tanto en hombres como en mujeres la diabetes perjudica la secreción de hormonas sexuales y en específico con los hombres me refiero a la poca producción de testosterona que segregan los testículos.
Todos los días, en nuestra vida cotidiana, todos los seres humanos encaramos diversos géneros de escenarios que necesitan de nuestro más grande esfuerzo y la mejor de las actitudes para superarlos y salir adelante. Pero como en todas y cada una de las cosas, va a haber oportunidades en las que vamos a poder quedar satisfechos por haber superado el desafío, lo que nos permitirá robustecer nuestro carácter y acrecentar nuestra experiencia; pero también va a haber veces en las que va a ser realmente difícil salir con el brazo levantado y no nos quedará más remedio que admitir el fracaso, aprender de este y seguir adelante. En definitiva, humano significa reconocernos como entes únicos y también inigualables que debemos admitir nuestra misión en esta vida y ejecutarla para beneficio de nosotros y los demás, sin tener en cuenta el temor, el egoísmo, la envidia, la duda, la injusticia y el resentimiento, aceptando que ningún hombre es una isla desierta y que todos necesitamos de todos para progresar todos esos puntos perfectibles de nuestra existencia. Humano significa desarrollar dentro de nosotros mismos pensamientos y sentimientos que podemos concretizar mediante nuestras acciones, acciones que siempre debiesen tener un encontronazo positivo tanto en nuestras vidas como en las vidas de aquellos a quienes amamos. Ser sinceros y sensibles, reconociendo que el amor es parte de nosotros mismos y de todo lo demás, construyendo una aptitud para poder equilibrarnos y amoldarnos a los cambios siempre y en todo momento aguardando lo mejor de nosotros mismos y no sacando ventaja de esos a quienes percibimos como vulnerables. Es muy fácil ver la paja en el ojo ajeno y pasar por prominente la enorme viga que nubla la visión del nuestro. Pero si nos ponemos a analizar que por cada vida humana existe una circunstancia de características propias y particulares, y que eso la hace completamente diferente del resto, podríamos empezar a crear relaciones más positivas con el resto del mundo, incluso con nosotros.
Los hombres y las mujeres somos, cuando se trata de relaciones de pareja unos verdaderos en el muy, muy fino arte de vendernos espejismos. Podemos encontrarnos muchas personas, hombres y mujeres por igual, a quienes les afecta de sobra la coyuntura de no contar con una pareja, de estar distanciados de sus familiares y de no tener la aptitud para poder solventar las diferencias que pudieran tener con algunos parientes que lastimosamente terminan en los brazos de la nostalgia y la soledad. De esta forma las cosas, al referirnos particular y singularmente a nuestras relaciones de pareja, también es muy importante saber y investigar sobre el género de personas que escogemos para vincularnos emocionalmente en lo que son nuestros noviazgos y matrimonios. Y es que muchos de , me refiero por igual a hombres y mujeres, por lo regular siempre y en todo momento estamos repitiendo la misma espiral cuando se trata de tener novi@ o espos@ y estos por lo regular siempre y en todo momento nos remiten al origen, a aquello que habitamos el seno familiar en el momento en que fuimos pequeños y convivimos, convergimos, cohabitamos y coexistimos al lado de nuestros padres. Y sucede que, para bien o para mal, todos y cada uno de los seres humanos, absolutamente todos, hombres y mujeres por igual, prácticamente definimos nuestra vida adulta con relación a todo aquello a lo que nos expusimos a lo largo de nuestra niñez.
Era un hombre refulgente, creador de sobra de cuarenta libros, uno de los oradores religiosos más populares de su generación, trabajó tanto en Harvard como en Yale, una persona con amigos en todo el mundo; pero también un hombre profundamente herido que por sí solo aceptaba repetidamente, padecía inquietudes, angustias, celos y obsesiones que ocasionalmente lo llevaban a una clínica. Además, según aceptó él mismo, en medio de este éxito y popularidad, a lo largo de la mayoría de su historia adulta luchó por sencillamente admitir el amor.
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