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Lamentablemente, habitamos una sociedad en la que en todo momento y desde todas y cada una de las trincheras posibles somos presionados a cumplir con cierto tipo de estereotipos que desde tiempos ancestrales no hicieron más que jodernos la presencia. La evolución de una clase debe empezar por remover cualquier género de barrera social que no permita que alguno de sus elementos sean marginados de cualquier género de rol o actividad. Si una mujer es inútil de poder conducir un taxi o de subirse 45 pisos en un andamio para lograr adecentar una ventana sucia, esto lo debe determinar misma y no una muchedumbre de pensamientos obtusos que suponen “es que ella no puede llevar a cabo esto o lo otro por el hecho de que ‘es mujer’”. De la misma forma, debemos desechar todo tipo de prejuicios que nos siguen realizando meditar que “los hombres al jardín, para que beban cerveza y enciendan la parrilla y que las mujeres se vayan a chismear a la cocina”, pues eso nos está limitando como sociedad y, lo que es peor, nosotros mismos nos encontramos impidiendo vivir en un mundo eficaz y concretamente integrado. Es tiempo de mudar nuestro alegato hacia lo que las mujeres pueden o no tienen la posibilidad de llevar a cabo; también es ya tiempo de que desde la perspectiva masculina ellas todavía siguen siendo “el sexo débil” por el hecho de que, ¿saben? Hay que admitirlo, los presentes prosiguen siendo días en los que los hombres, no todos pero si una enorme mayoría, prosiguen creyendo que todavía hay terrenos masculinos en los que la presencia femenina está proscrita por completo. Esos lugares y esas ocupaciones, que históricamente prácticamente son de potestad varonil y a los que muy pocas mujeres tienen acceso, han propiciado que a lo largo de décadas múltiples generaciones se refieran a como “El Club de Toby”, por el hecho de que no existe fuerza humana a fin de que deseas los administran tengan la apertura suficiente para permitir que las féminas sean consideradas y también dentro.
Esa obsesión de alguien enamorado por estimar comprender y hacer todo con su pareja no está nada bien, aunque existan estudios sociales que lanzan que entre las parejas jóvenes una de cada tres cree que es una actitud “totalmente normal” controlar y controlar los movimientos de la pareja. Por lo tanto, un sujeto que bajo cualquier situación e inmerso en cualquier tipo de ambiente es capaz de mostrar las características más sólidas de su personalidad, no tendrá dificultad alguna en estar comunicado con los demás y poderles transmitir sus pensamientos, lo cual, más allá de que éstos sean aceptados o asimilados, o no, le dejarán afianzarse como un individuo segura de sí que no muestra miedo alguno frente a niveles inéditos, extraños o adversos.
Pónle Oreja A Tu Pareja
Para afrontar esta situación de manera exitosa aquí vamos a necesitar de dos personas con una inteligencia sensible desarrollada a nivel tal para que logren comprender que su situación ha cambiado y que eso no significa un distanciamiento o una separación. Sí, el sexo es demasiado importante en una relación de pareja, pero no es lo único y un hombre y un mujer capaces hallarán la forma de continuar íntimamente vinculados pese a que la llama sexual se haya extinguido. Hombres y mujeres de todas y cada una de las épocas nos hemos cuestionado en todo momento, en el momento en que por fin nos encontramos cara a cara con esa persona a la que le podríamos dedicar el resto de nuestra existencia, qué hay que y qué no hay que llevar a cabo para proteger esa relación y que ésta, al tiempo, nos aporte tanto en lo estructural como en lo emocional para sentirnos satisfechos con nuestra pareja primero en el noviazgo y después en el matrimonio. Para lograr combatir la desgracia y poder salir librados de ella lo primero que requerimos entender es que “las cosas malas no solo le suceden a la gente malas”. Y es que frecuentemente en nuestro devenir cotidiano vamos desarrollando concepciones medianamente equivocadas, eminentemente aquellas que tienen relación directa con el bien y el mal, conceptos que todos sabemos son enteramente ambiguos y subjetivos. Por ende, es de escencial relevancia que podamos ir caminando en nuestro día a día totalmente conscientes de que en algún punto de nuestras vidas vamos a tener instantes de verídica obscuridad en los que será preciso conseguir toda nuestra resiliencia, pero también de nuestra paciencia y serenidad. No se precisa investigar bastante para conocer que las desgracias más grandes a las que se puede combatir un humano es a la muerte de los humanos o ver que éstos pasen por algún padecimiento o enfermedad sumamente dolorosos.
- Como siempre coincido con Princess en el cariño a Snape, pero pienso que Canek nos pescó en eso.
- Y créanme, ser un caballero hoy día va alén de abrirle la puerta a la mujer, permitir que camine por el lado de adentro de la banqueta o jamás permitir que ella pague la cuenta en el lugar de comidas o en el cine… la redefinición de permisos de los hombres y las mujeres en las sociedades actuales nos obligan a atisbar en cuestiones que sobrepasan puntos relacionados al comportamientos y los modales.
- En la actualidad, los seres humanos procuramos actuar la mayoría de las ocasiones en pos de nuestros intereses, dejando de lado cuestiones cariñosas demasiado importantes que nos permiten consolidar nuestra calidad como individuos sensibles, tolerantes y comprensivos capaces de producir en los demás la más auténtica de las confianzas y que a partir de esto el resto del mundo nos perciba como personas de valores y de valía.
No obstante, más allá de las dolorosas situaciones que nos exhiben los casos de hombres y mujeres maltratados por sus parejas, vale mucho la pena que atisbemos en las consecuencias de vivir metidos de forma casi persistente en activas en los que la violencia está presente. Y vale la pena pues, para comenzar, existen muchísimas personas que, dada su crónica de vida y su contacto persistente con el castigo ahora estiman que este tipo de ocasiones son totalmente normales, tanto para las víctimas como para los victimarios. Y ese es, de acuerdo a los profesionales, un tema en el que varios hombres y mujeres no desean atisbar porque se trata de una celotipia que en el momento en que se manifiesta nos pone frente a personas acomplejadas, inseguras y que podrían aun llegar a adoptar conductas de agresión. No aceptar, no aguantar, no poder manejar el hecho de que nuestra pareja asimismo tiene una vida propia alén de lo que hace con , estimar que es de nuestra propiedad tal y como si se tratara de un automóvil, unos zapatos o un kit de maquillaje finalmente nos deja muy mal parados con respecto al manejo de nuestras inseguridades y nuestra autovaloración. En apariencia, estamos en la presencia de dos personas que se vinculan gracias a que se gustan, tienen deseos en común, son afines en muchos aspectos y comparten una visión en común respecto a lo que quieren de la vida en el corto, en el mediano y en el largo plazos. No obstante, la cruda realidad nos zampa en el rostro todos los días que la mayoría de las veces hombres y mujeres por igual terminamos por sabotear prácticamente todo aquello que nos rodea y eso incluye nuestra relación pareja, nuestro ambiente global e incluso nuestra vida misma y esto pasa principalmente por el hecho de que somos inútiles de aceptar a la gente y a las situaciones con sus aristas y en todo instante dejamos que nuestros complejos y nuestras inseguridades nos rijan.
¿Por Qué Mienten Los Hombres?
Más allá de la etapa en la que se encuentre tu matrimonio hoy en día, querid@ lector@, es muy importante apreciar que al interior de tu relación siempre y en todo momento deben existir activas afectivas y sentimentales de calidad, no de cantidad, y que eso, al final del día, les va a permitir superar algún obstáculo que se presente tanto en la intimidad como en la cotidianeidad. Vivir en grupo, trabajar en grupo, sentir en grupo les permitirá desarrollar vínculos poco a poco más sólidos. Es como en el momento en que edificamos un edificio, hay que comenzar con los cimientos, más tarde seguirá la obra negra y al final decoramos a nuestro gusto.
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Sí, damas y caballeros somos un gigantesco catálogo de patrones de accionar repetidos y, lo que es peor, repetidos y empeorados. La inmediatez y esa inaudita proclividad que tenemos para ignorar completamente el lenguaje corporal de nuestros interlocutores y las señales que nos mandan, esto sin olvidar que muy raras veces entendemos cerrar la boca para escuchar a las personas con las que convivimos, acaban echando por la borda cualquier intención nuestra por venir a la segunda base. Para aspirar a un mejor entorno es requisito erradicar de nuestras prácticas diarias cualquier actividad que denote sexismo, misoginia, desprecio, menosprecio… los totalitarismos no sirven, especialmente cuando la intención de muchos de nosotros es la convivencia sana y armónica al lado de todos esos a los que consideramos seres complementarios a nosotros. Estas dos academias, el machismo y el feminismo, son fenómenos multidimensionales y multifactoriales que al colisionarse entre sí asesinan la posibilidad de que hombres y mujeres por igual consigamos potencializar nuestra naturaleza. En consecuencia, si aspiramos a superar específica y tangiblemente debemos abandonar ellos. El machismo y el feminismo, entendidos como los estamos entendiendo en esta una parte del Siglo XXI, tenemos que reconocerlo y admitirlo, nos ha conducido a todos una espiral de humillación y desvalorización inusitadas.
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Los chillidos que les dirige a Ron y Hermione cuando llega a Grimmauld Place, y el berrinche que hace en la oficina de Dumbledore en el final del libro son tal vez los puntos más bajos de su accionar en todas y cada una de las novelas. Pero en esos 2 pasajes en particular sí entran ganas de darle unos coscorrones y decirle que se calme… por justificada que pudiese estar su furia. Que hasta cierto punto está muy justificada; Harry había probado ser lo suficientemente maduro como para conducir lo que se encontraba elucubrando la Orden del Fénix, y que todo mundo (con la viable salvedad de Sirius) le esté diciendo que no haga preguntas y mantenga la cabeza inclinada raya incluso en lo insultante. La segunda, por supuesto (y la dejé prácticamente en el final porque es de las cosas que más me gustaron de esta novela), es Ron celando a Hermione, Hermione celando a Ron, y la discusión a voces que tienen en la sala común de Gryffindor tras el Yule Ball. Antes de esta novela se podía dudar que la pareja que saldría del trío era la de Ron y Hermione; pero tras esta novela era descaradamente obvio que de este modo sería. Cualquier fan que después de leer este libro siguiera con la necedad de que Harry terminaría con Hermione estaba alucinando o sencillamente negando la verdad de las cosas.
Si echas de menos a esa persona y solo de ahí que permites que se retome la relación que tuvieron, acabarás, como dice la canción de Fito Páez y Joaquín Sabina, con “una soledad al cuadrado”. .- Ésta es común, por el hecho de que hablamos de una relación donde uno de los dos le saca la vuelta al deber pero al tiempo existe que el otro esté a su total disposición. Quiere saberse en control total de la relación, tener atada a su pareja y al mismo tiempo contar con libertad bastante para proseguir comportándose como solter@. De ahí que, es muy importante que todos , quiero decir que mis lectores caballeros, sean capaces de catalogar toda la sensibilidad que les permita su concepción para ponerse en los zapatos de las mujeres cada vez que se sientan tentados a maltratar a una, ya sea a través de una acción, por medio de una palabra o por medio de un pensamiento. Por el hecho de que, popular o desconocido, rico o pobre, citadino o provinciano, estudiado o inculto, un hombre incrementa su valor cuando sabe de qué forma tratar a las mujeres que cerca, alén de su propia mujer, sus hijas, su propia madre o sus propias amigas. Pensar, actuar y decir de forma correcta debe ir más allá de una pura cuestión de tratar como Dios manda únicamente a aquellas féminas con las que se tiene algún vínculo (sanguíneo, emocional, profesional, etcétera); por el hecho de que en la medida en la que un hombre trate con dignidad y respeto a una mujer desconocida para él, al final del día este se proyectará como un sujeto respetable pero, más que nada, como alguien a quien se le va a deber imitar en su comportamiento. Por principio de cuentas, la moral tiene que ver con aquellos valores éticos y opiniones que durante nuestra vida vamos aprendiendo y desarrollando, lo cual vuelve a esta una especie de Pepe Grillo que está presente prácticamente en todos nuestros actos y “nos recomienda”, por de esta manera decirlo, en todas y cada una aquellas cuestiones en las que debemos tomar decisiones aplicando nuestro método para determinar (aquí sí) lo que es acertado y lo que es incorrecto.
Pero la verdad es que tratándose de cuestiones del corazón, por decirlo de alguna forma, no siempre y en todo momento nos comportamos de manera racional y muchas veces erramos según nuestras expectativas iniciales. Nunca olvides que los humanos somos seres racionales y sentimentales, y que más allá de cualquier inconveniente en el que te consigas meter a causa de tu propio carácter, debes pensar en la importancia que tiene en tu vida esa persona a la que afirmas querer y que tanta relevancia ha conseguido en tu cotidianidad.
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